Guía de ayuda para la valoración del riesgo laboral durante el embarazo 3ª. Ed INSS 2020
El embarazo no es una enfermedad, sino un momento de la vida de la mujer que, en muchos casos, debe compaginar con su vida laboral. Es aquí donde, en ocasiones, pueden surgir ciertos inconvenientes tanto para ella como para el futuro hijo.
En España, la Ley 39/1999 para la conciliación de la vida familiar y laboral de las personas trabajadoras, vino a modificar la LGSS, ampliando las prestaciones económicas del sistema, e incluyendo entre éstas, la Prestación económica por riesgo durante el embarazo. También la Ley 31/1995 de prevención de riesgos laborales recoge en su artículo 26, la obligación empresarial de identificar aquellos riesgos que puedan ser peligrosos para la salud de las trabajadoras o del feto.
Desde la Ley Orgánica 3/2007 atribuye a las Mutuas colaboradoras con la Seguridad Social la gestión de la Prestación de riesgo en el embarazo.
Esta Prestación tiene por objeto proteger a la trabajadora embarazada y al feto, cuando, ante la existencia de un riesgo en el puesto de trabajo, no exista en la empresa la posibilidad de adaptar el puesto o de reubicar a la trabajadora en un puesto compatible con su situación de embarazo, aunque previamente deben haberse puesto las medidas necesarias para tratar de eliminar los riesgos existentes, y solo en el caso de no ser posible eliminar los riesgos del puesto ni la reubicación en un puesto exento de riesgos para dicho estado, se iniciará el procedimiento para solicitud de la prestación económica ante la Entidad Gestora o Mutua.
La protección de la maternidad se integra en la Evaluación de riesgos que debe determinar la naturaleza, el grado y la duración de la exposición de las trabajadoras en situación de embarazo o parto reciente a agentes, procedimientos o condiciones de trabajo que puedan influir negativamente a la salud de la mujer o del feto, en cualquier actividad susceptible de presentar dicho riesgo.
Sp|activa incluye en sus evaluaciones de riesgos la identificación de los riesgos con potencial efecto negativo sobre la mujer gestante o de parto reciente o del feto, e identifica los puestos de trabajo exentos de dichos riesgos, documentándolo para que puedan ser informados a los representantes de trabajadores.
Guía disponible clicando aquí
El embarazo no es una enfermedad, sino un momento de la vida de la mujer que, en muchos casos, debe compaginar con su vida laboral. Es aquí donde, en ocasiones, pueden surgir ciertos inconvenientes tanto para ella como para el futuro hijo.
En España, la Ley 39/1999 para la conciliación de la vida familiar y laboral de las personas trabajadoras, vino a modificar la LGSS, ampliando las prestaciones económicas del sistema, e incluyendo entre éstas, la Prestación económica por riesgo durante el embarazo. También la Ley 31/1995 de prevención de riesgos laborales recoge en su artículo 26, la obligación empresarial de identificar aquellos riesgos que puedan ser peligrosos para la salud de las trabajadoras o del feto.
Desde la Ley Orgánica 3/2007 atribuye a las Mutuas colaboradoras con la Seguridad Social la gestión de la Prestación de riesgo en el embarazo.
Esta Prestación tiene por objeto proteger a la trabajadora embarazada y al feto, cuando, ante la existencia de un riesgo en el puesto de trabajo, no exista en la empresa la posibilidad de adaptar el puesto o de reubicar a la trabajadora en un puesto compatible con su situación de embarazo, aunque previamente deben haberse puesto las medidas necesarias para tratar de eliminar los riesgos existentes, y solo en el caso de no ser posible eliminar los riesgos del puesto ni la reubicación en un puesto exento de riesgos para dicho estado, se iniciará el procedimiento para solicitud de la prestación económica ante la Entidad Gestora o Mutua.
La protección de la maternidad se integra en la Evaluación de riesgos que debe determinar la naturaleza, el grado y la duración de la exposición de las trabajadoras en situación de embarazo o parto reciente a agentes, procedimientos o condiciones de trabajo que puedan influir negativamente a la salud de la mujer o del feto, en cualquier actividad susceptible de presentar dicho riesgo.
Sp|activa incluye en sus evaluaciones de riesgos la identificación de los riesgos con potencial efecto negativo sobre la mujer gestante o de parto reciente o del feto, e identifica los puestos de trabajo exentos de dichos riesgos, documentándolo para que puedan ser informados a los representantes de trabajadores.
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