Los términos que se utilizan en los documentos normativos (convenios, normas, legislaciones, …) pueden dar a entender conceptos erróneos o que no son los que se pretendían transmitir.
Por ejemplo, la OIT está trabajando en el Proyecto de convenio sobre la eliminación de la violencia y el acoso en el mundo del trabajo y en su artículo 7 se propone:
Todo Miembro deberá adoptar una legislación y políticas que garanticen el derecho a la igualdad y a la no discriminación en el empleo y la ocupación, incluyendo a las trabajadoras, así como a los trabajadores y otras personas pertenecientes a uno o a varios grupos vulnerables o a grupos en situación de vulnerabilidad que están afectados de manera desproporcionada por la violencia y el acoso en el mundo del trabajo.
En dicho texto, la expresión “desproporcionada” puede llevar a interpretaciones que se pudieran entender como “proporcionadas” ciertas situaciones.
O el uso del término “afectados”, que da a entender que ya ha habido perjuicios, cuando lo más adecuado sería “expuestos”, ya que se está tratando de hacer prevención.
U otros casos en que la decisión del texto final pueda ser matizado y tener un nivel de exigencia de distinta magnitud, como, en referencia al mismo ejemplo citado antes, en que al final pueda decidirse sustituir “que garanticen” por “que velen por”, o también sustituir “están” por “puedan estar”.
Qué es lo que se escribe o cómo de traduce, puede tener efectos en que se refleje la fidelidad del “espíritu” previsto del texto.
Por ejemplo, la OIT está trabajando en el Proyecto de convenio sobre la eliminación de la violencia y el acoso en el mundo del trabajo y en su artículo 7 se propone:
Todo Miembro deberá adoptar una legislación y políticas que garanticen el derecho a la igualdad y a la no discriminación en el empleo y la ocupación, incluyendo a las trabajadoras, así como a los trabajadores y otras personas pertenecientes a uno o a varios grupos vulnerables o a grupos en situación de vulnerabilidad que están afectados de manera desproporcionada por la violencia y el acoso en el mundo del trabajo.
En dicho texto, la expresión “desproporcionada” puede llevar a interpretaciones que se pudieran entender como “proporcionadas” ciertas situaciones.
O el uso del término “afectados”, que da a entender que ya ha habido perjuicios, cuando lo más adecuado sería “expuestos”, ya que se está tratando de hacer prevención.
U otros casos en que la decisión del texto final pueda ser matizado y tener un nivel de exigencia de distinta magnitud, como, en referencia al mismo ejemplo citado antes, en que al final pueda decidirse sustituir “que garanticen” por “que velen por”, o también sustituir “están” por “puedan estar”.
Qué es lo que se escribe o cómo de traduce, puede tener efectos en que se refleje la fidelidad del “espíritu” previsto del texto.