Según la OMS, en 2050 la depresión será el principal problema de salud en la población
La depresión es un trastorno mental, que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración, en conjunto, afecta negativamente a cómo se siente, la forma en que se piensa y cómo se actúa.
La depresión, la ansiedad, además de otros indicadores de mala salud mental están asociados a la exposición a los riesgos psicosociales que por su propia naturaleza, afectan de forma importante y global a los procesos de adaptación de la persona y su sistema de estabilidad y equilibrio mental.
Los síntomas, que son diversos, no en todos los casos se presentan con la misma intensidad o frecuencia, por lo que en los casos menos graves podría confundirse con otras patologías o incluso pasar desapercibido para las personas más cercanas o en identificaciones de riesgo.
El estrés, inseguridad contractual, burnout, baja satisfacción familiar y profesional, bajos niveles de compromiso con la organización, poca autonomía, conflicto de rol y otros factores, participan como causas de la depresión.
A nivel preventivo, si se puede eliminar o disminuir estos factores de riesgo, incluyendo factores ambientales (entorno, iluminación, ruido, limpieza, ergonomía adecuada, …), ayudará a crear un entorno laboral mentalmente sano y a prevenir posibles trastornos mentales.
Las evaluaciones de riesgos psicosociales ayudan a identificar entornos que podrían propiciar esta afección, además, la vigilancia periódica de la salud, con su actuación directa sobre el individuo, participa en detectar necesidades de mejora, si fuese el caso.
El objetivo global es el bienestar físico y psicológico de las personas.
La depresión es un trastorno mental, que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración, en conjunto, afecta negativamente a cómo se siente, la forma en que se piensa y cómo se actúa.
La depresión, la ansiedad, además de otros indicadores de mala salud mental están asociados a la exposición a los riesgos psicosociales que por su propia naturaleza, afectan de forma importante y global a los procesos de adaptación de la persona y su sistema de estabilidad y equilibrio mental.
Los síntomas, que son diversos, no en todos los casos se presentan con la misma intensidad o frecuencia, por lo que en los casos menos graves podría confundirse con otras patologías o incluso pasar desapercibido para las personas más cercanas o en identificaciones de riesgo.
El estrés, inseguridad contractual, burnout, baja satisfacción familiar y profesional, bajos niveles de compromiso con la organización, poca autonomía, conflicto de rol y otros factores, participan como causas de la depresión.
A nivel preventivo, si se puede eliminar o disminuir estos factores de riesgo, incluyendo factores ambientales (entorno, iluminación, ruido, limpieza, ergonomía adecuada, …), ayudará a crear un entorno laboral mentalmente sano y a prevenir posibles trastornos mentales.
Las evaluaciones de riesgos psicosociales ayudan a identificar entornos que podrían propiciar esta afección, además, la vigilancia periódica de la salud, con su actuación directa sobre el individuo, participa en detectar necesidades de mejora, si fuese el caso.
El objetivo global es el bienestar físico y psicológico de las personas.
